En 1974, Bill Gates, Paul Allen y un grupo de amigos de Harvard se encerraron 8 semanas a trabajar jornadas maratónicas para escribir el sistema operativo de la primera computadora personal, el Altair 8800. Sin embargo, nadie alcanzaba el nivel de concentración de Bill Gates. Y, a pesar de que no llegaba los 16 años, podía pasar horas programando frente a la computadora hasta quedarse dormido sobre el teclado y luego de unas horas de sueño, abría los ojos y continuaba escribiendo código justo donde lo había dejado.
Gracias a esa jornada maratónica de concentración absoluta, escribieron el Altair Basic, que fue el inicio de Microsoft. Ese nivel de enfoque pasaría a ser una leyenda en el mundo de la tecnología, solo comparable con Steve Jobs, que en el año 2005 apostó toda la empresa y todos sus recursos a un solo producto: el iPhone. No tenía nada de experiencia creando teléfonos inteligentes mientras los líderes en esa industria (como Motorola, Nokia o BlackBerry) fabricaban decenas de modelos diferentes. Si fallaba, era el fin de Apple.
La capacidad de enfocarse en una sola cosa es una de las habilidades más importantes que puedes desarrollar como ser humano para transformar tu vida. Si te enfocas, puedes pasar horas estudiando y aprender cualquier cosa que te propongas. Te sientas a estudiar y no paras hasta aprender un nuevo lenguaje de programación, haber aprendido a programar desde cero, un nuevo idioma, ¡y muchas cosas más!
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En resumen, el enfoque es un superpoder. Mejor dicho, es el verdadero superpoder en el mundo ultrarrápido y ultra competitivo en el que vivimos actualmente. ¡No te dejes engañar con el multitasking! Estar corriendo de aquí para allá y hacer muchas cosas al mismo tiempo no es un superpoder, solo es una trampa que te aleja de los resultados y te acerca al burnout.
¿Por qué el multitasking no es un superpoder? por dos razones (y muchas más):
- Te estás matando física y mentalmente. Un día vas a colapsar porque hay cuerpo que aguante ese ritmo por mucho tiempo.
- No estás yendo a ninguna parte, sigues en el mismo lugar porque no te puedes enfocar en una sola cosa. Cuando todo es importante, en realidad, nada es importante.
Según una investigación de la consultora McKinsey, pasamos cerca del 60% de nuestro tiempo laboral en comunicación por Internet. Ya sea correo electrónico, slack, zoom, etc. Y, de acuerdo a una investigación de GitHub, un día con pocas o ninguna interrupción puede elevar la productividad a más del 80%, mientras que, un día lleno de interrupciones reduce la productividad menos del 10%. ¡Increíble!
No solo nuestros hábitos en el trabajo son enemigos del enfoque, existe una industria multimillonaria cuyo único objetivo es capturar tu atención. Se gastan miles de millones de dólares y ejércitos de especialistas cada año para decidir donde poner un botón, cuando lanzar una notificación, qué contenidos recomendarte o como evitar que salgas de la aplicación con un montón de prácticas oscuras de UX. Créeme, tu fuerza de voluntad no puede hacer nada contra esa industria, es como una hormiga intentando ahorcar a un elefante.
Entonces, ¿cómo puedes enfocarte si parece que todo está en tu contra? Te doy cuatro consejos que podrán ayudarte:
1. Mejora tu entorno
Tienes que mejorar tu lugar de trabajo, el entorno es más importante que la motivación: un escritorio limpio y reluciente te invita a sentarte y trabajar, mientras que uno desordenado y con capas de polvo te generará rechazo y no te motivará a trabajar, ¿cómo vas a concentrarte?
Si puedes, usa audífonos con una música ambiental que te permita concentrarte mejor en tus tareas y evitar distracciones. En resumen, elimina todos los distractores de tu entorno y mejóralo constantemente.
2. Prioriza
Si cada día lo comienzas sabiendo cuáles son tus prioridades (una, dos o tres como máximo) y te dedicas solo a ellas, vas a sentir que avanzas, porque no hay nada más feo que trabajar muy duro y sentir que no te mueves en ninguna dirección. En cambio, si atacas todas las tareas como si tuvieran la misma importancia vas a terminar corriendo en una rueda de hamster, agotado y frustrado.
3. Reserva bloques de tiempo para las tareas superficiales
Las tareas superficiales (responder correos o mensajes, leer documentos, buscar información, etc) son aburridas, rutinarias y no te ayudan a avanzar. Pero tienen que hacerse, te gusten o no. Así que puedes reservar un tiempo del día (una media hora en promedio) para despacharlas todas sin interrumpir tus prioridades.
4. Bloquea espacios en tu agenda
La agenda es mágica si la sabes usar bien. Úsala para decirle a tu equipo en qué estás trabajando. Por ejemplo, puedes poner en Google Calendar o Outlook (o cualquiera que utilices para organizarte) que de las 9am a las 11am estarás diseñando el mockup de la nueva aplicación, o que de 1pm a 2pm estarás depurando el código del backend, o que de 3pm a 5pm estarás programando los contenidos de marketing para la semana. Reservar esos espacios no solo te ayuda a organizar tu día, sino que ahuyenta las interrupciones y te ayuda a enfocarte.
Recuerda que el multitasking te está matando lentamente aunque en este momento no te des cuenta. La verdadera productividad está en el enfoque y la concentración, y una de las mejores formas de usar tu concentración es estudiar y desarrollar una nueva habilidad. Así que este fin de semana reserva un espacio para estudiar con tu suscripción premium en EDteam, entra a ed.team/cursos y comienza cualquiera de ellos ¡completamente gratis! ¿Ya sabes cuál vas a elegir?