Antes de las computadoras, las máquinas tenían una sola función: un televisor, una cámara de fotos, un teléfono, servían para una sola cosa. Ahora, gracias a la programación, podemos convertir un teléfono en cámara de fotos y esa cámara en un televisor. En ese sentido, las computadoras son máquinas universales, que pueden tener múltiples usos y es el software la pieza mágica que le da las instrucciones para conseguirlo.
La primera computadora, el ENIAC, fue creada en 1946 y el primer lenguaje de programación, FORTRAN, en 1955. Lo que significa que el desarrollo de software y la programación es una carrera que tiene menos de un siglo de vida. Es muy joven si la comparamos con otras profesiones. Y aún así, es la que más ha transformado el mundo en tan poco tiempo.
Pero lo más sorprendente es que el concepto de máquina universal se le ocurrió a una persona más de un siglo antes. Y no solo eso, sino que esta misma persona publicó el primer programa de computadora 112 años antes de que exista el primer lenguaje de programación.
Esta persona es Ada Lovelace, la primera programadora de la historia y esta es su historia.
Ada Byron, condesa de Lovelace
A finales del siglo XVIII, apareció la máquina de vapor de James Watt, que era capaz de convertir el calor del vapor en energía mecánica. Este invento, que cambiaría la historia de la humanidad, fue el inicio de la revolución industrial, pues a partir de ella se crearon máquinas como telares, ferrocarriles, fábricas y muchas máquinas que ya existían, fueron repotenciadas con la energía del vapor. La economía pasó de la agricultura y el trabajo manual a las fábricas y máquinas. Fue la mayor revolución económica de la historia hasta ese entonces.
En la misma época, surge el romanticismo en Europa, una corriente de pensamiento que influía principalmente en las artes (literatura, pintura, música, etc). El romanticismo ensalzaba la imaginación, el individualismo y la idealización. Esta mezcla (y a la vez contradicción) entre revolución industrial y romanticismo, entre ciencia y arte, economía e idealismo, nos da el contexto necesario para entender la historia de Ada Lovelace.
Ada nació en 1815 en Londres, fue hija de Lord Byron, uno de los poetas románticos más importantes de su tiempo, que era célebre, además, por una vida de escándalos y una personalidad irreverente, estaba en contra de la revolución industrial (estaba a favor de los trabajadores que quemaban los telares que le quitaban el trabajo) y nunca conoció a su hija porque la abandonó cuando tenía menos de un año.
La madre de Ada se obsesionó en la educación de su hija para que no siguera los pasos de su padre. Ada era una apasionada del arte y tuvo varios escándalos en su vida personal como su padre (como fugarse con uno de sus tutores), pero a la vez, estaba apasionada con las ciencias y las matemáticas. Tuvo una de las mejores profesoras de su tiempo, Mary Somerville, considerada la primera científica y una de las personas más influyentes en la ciencia y las matemáticas de su época.
Se casó con William King a los 20 años, que fue luego nombrado conde de Lovelace, con lo cual Ada Byron pasó a ser la condesa de Lovelace, aunque empezó a firmar como Ada Lovelace y así la recuerda la historia.
Ada desarrolló una gran amistad con su profesora y fue ella quien la presentó con la sociedad científica y le llevó a reuniones de la alta sociedad en Londres, en las que Ada sorprendió con su inteligencia y su comprensión de la ciencia. Una de las personas que conoció fue el matemático Charles Babbage. Este encuentro es uno de los eventos más importantes de la historia de la tecnología.
La máquina analítica de Babbage
Charles Babbage fue un matemático británico que organizaba tertulias en su casa, en las se mostraban artilugios científicos. El más destacado era su máquina diferencial, una calculadora mecánica capaz de resolver ecuaciones, para así evitar los errores humanos en los cálculos, que eran frecuentes y costaban mucho dinero. Babbage se había inspirado en las calculadoras de Pascal y de Leibniz para su máquina diferencial.
Esta máquina recibió un financiamiento del gobierno británico de 17 mil libras, el costo de un buque de guerra. Pero Babbage terminó gastando el doble y nunca terminó de fabricar la máquina porque introducía constantemente cambios al diseño. Así, cuando propuso la segunda versión de su máquina, el gobierno se había gastado el valor de dos buques de guerra y se negó a seguir financiándo el proyecto. Esta máquina finalmente fue construida siglo y medio después. Se encuentra en el Computer History Museum en California.
Cuando Ada conoció a Babbage quedó maravillada con la máquina diferencial y puesto que Babbage era una gran matemático, Ada le pidió que la aceptara como estudiante pues (según ella) tenía una gran capacidad de aprender y podía comprender conceptos que otros no. Babbage sintió que Ada exageraba sus propias capacidades así que se negó, aunque siguió manteniendo correspondencia con ella.
Con el tiempo, Babbage perdió interés en la máquina diferencial porque estaba diseñada para resolver un tipo específico de ecuaciones y se le ocurrió que debía ir más allá y diseñar una máquina programable, a la que se le puedan dar instrucciones para que resuelva cualquier tipo de problema matemático. Estas instrucciones serían introducidas a través de tarjetas perforadas, inspiradas en el telar Joseph Marie Jacquard, una máquina que, a través de tarjetas con agujeros, recibía las instrucciones de cuando pasar o no las agujas
Con lo cual, esta segunda máquina de Babbage (llamada máquina analítica) sería la primera computadora de la historia, salvo por dos detalles:
- Era una máquina mecánica, no existía la electrónica aún así que usaba energía de vapor.
- Nunca se terminó de construir porque no existía la tecnología necesaria (hasta el día de hoy).
Esta máquina recibiría instrucciones a través de tarjetas perforadas, siguendo el ejemplo del telar de Joseph Marie.
Ada Lovelace había visto el telar de Jacquard en funcionamiento en varias oportunidades durante sus viajes así que quedó maravillada con el concepto de Babbage, a pesar de que nadie se entusiasmó tanto como ella, ni siquiera el gobierno que continuó con su negativa de financiarlo.
Babbage, que seguía buscando apoyo para su máquina analítica, viajó a Italia a dar una conferencia sobre su proyecto y Luigi Menabrea, profesor de mecánica en la Universidad de Turin y quien sería años después primer ministro de Italia tomó apuntes de la conferencia en francés y Babbage le propuso a Ada hacer la traducción al inglés.
En esa traducción de 1842, Ada agregó unas notas de su propia autoría, en las que no tocaba el funcionamiento de la máquina sino de todas las posibilidades de esta y de como programarla. Por estas notas, Ada ha sido considerada la primera programadora de la historia.
Las notas de Ada Lovelace
Las notas de Ada no se enfocaron en la máquina en sí, sino en los usos de la máquina y de sus capacidades. Estas notas eran tres veces más extensas que el artículo original y, además, contaban con el visto bueno de Charles Babbage. En estas notas, Ada tocó 3 puntos:
- La máquina programable debe ser universal. Es decir, que no debe estar limitada a resolver problemas matemáticos sino que debía resolver cualquier problema que se le pida siempre que se le den las instrucciones. Podría aplicarse a temas como la poesía, la música y otros. Un siglo después, Alan Turing retomaría esta idea.
- Las computadoras no pueden pensar (ni podrán), pues solo ejecutan las órdenes que les son entregadas. Un siglo después, Alan Turing tuvo una opinión diferente, pues creía que la inteligencia artificial era posible.
- Escribió el primer programa de computadora publicado de la historia. En él, incluía los bucles y subrutinas subrutinas en un completo paso a paso para calcular los números de Bernouille y como entregar estas instrucciones a la máquina de Babbage.
Cuando las notas iban a ser publicadas, Babbage incluyó una queja contra el gobierno por no financiar su máquina analítica y quiso que pase como si hubiera sido escrita por Ada, pero ella se negó y discutieron por eso. Pero aún así, siguieron siendo amigos aunque nunca trabajaron juntos.
Por estas notas y sobre todo por el algoritmo para calcular los números de Bernouille, Ada es considerada la primera programadora de la historia. Ojo: no la primera mujer programadora, sino la primera persona en programar una computadora. Esta afirmación genera muchos debates, incluso que los algoritmos existían desde siglos atrás o que el telar de Jaquard era programable antes que Ada. Pero, estamos hablando de programar una computadora, no un telar o resolver una ecuación. Sino una computadora, es decir, una máquina universal.
Pero aún así, existe mucha controversia y debate sobre si realmente Ada escribió ese algoritmo o si copió parte de los trabajos de Babbage o si de plano, lo copió en su totalidad. En parte porque era muy raro que una mujer tuviera ese nivel de conocimiento de las matemáticas para ese tiempo y porque en la correspondencia entre Babbage y Ada, se muestra que sus conocimientos de las matemáticas no eran tan elevados.
En lo que están de acuerdo casi todos los que han estudiado el tema, es que Ada no era una genio de las matemáticas, pero sí una visionaria de la computación. De lo que estamos seguros es que:
- Si bien Babbage había escrito algoritmos antes, nunca fueron publicados, a diferencia del de Ada. Con lo cual, ella es la primera persona en publicar un programa de computadora y eso es indiscutible.
- Ada se adelantó cien años a su tiempo con la visión de cómo se usarían las computadoras. Logró salir de la discusión meramente mecánica del hardware (del que no pudo salir Babbage) y usó su imaginación para pensar en las posibilidades. ¿Podrías predecir como serán las computadoras en 100 años? Es muy difíicil, ¿cierto? Ada lo hizo y tan solo por eso merece un lugar principal en la historia de la informática.
El legado de Ada Lovelace
Aunque muchos consideran a Charles Babbage el padre de las computadoras, ninguna de sus máquinas terminó de construirse y murió en la pobreza. Más de siglo y medio después, se construyó su máquina diferencial y su máquina analítica, hasta la fecha, solo ha sido construida en parte, no en su totalidad. Sin embargo, sus diseños muestran que era un genio de la ingeniería adelantado a su tiempo y que justamente por eso, sus máquinas no pudieron construirse.
Por su lado, Ada falleció muy joven, a los 36 años, aparentemente de un cáncer de útero. Sus últimos años estuvieron alejados de las computadoras, aunque siguió enviándose correspondencia con Babbage.
Quizás si el gobierno británico hubiera financiado la máquina analítica, ambos habrían trabajado más tiempo juntos y habrían creado más cosas. Aunque es una suposición, porque también es posible que aún con ese financiamiento, nunca se haya construido nada y ambos no hayan pasado de ser dos soñadores adelantados a su época.
Más de un siglo después, la historia de Ada Lovelace inspiró a personas como Alan Turing y Grace Hopper en su camino por la informática.
En los años 70, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos convocó a un concurso para crear un lenguaje estandar para todo su software de seguridad y al lenguaje ganador se le dio el nombre de Ada, en conmemoración a la primera programadora de la historia. Por si te lo preguntabas, un Hola mundo en Ada se escribe así:
La programación, como casi todo en la vida, no tiene género, porque se trata de pasión, de disfrutarla, llorarla, odiarla y volver a disfrutarla cuando finalmente el programa compila y funciona. Hasta que encuentren un bug y te toque odiarla de nuevo y repetir el ciclo por siempre. Eso es lo que amamos todos los que programamos, hombres y mujeres. Y eso es lo que Ada amaba también.
Y si alguien te pregunta, ¿dónde aprendiste la historia de Ada Lovelace? #LoAprendisteEnEDteam.