Steve Jobs fue despedido en 1985 de su puesto como director del equipo Macintosh en Apple y cambiado a un puesto decorativo. Steve Jobs, que en ese momento no llegaba a los 30 años, se enfureció, vendió sus acciones de Apple y abandonó la empresa. Muchas personas, sobre todo sus detractores, calificaron ese momento como su gran fracaso.
Fuera de Apple, Jobs fundó Next, una compañía que creó la Next Cube, una computadora para el mundo corporativo. Sin embargo, no vendió muchas unidades y entró en crisis financiera. La única salvación para su nueva empresa era ser vendida. ¿Otro fracaso de quien fuera el genio de la tecnología?
En 1997, Next fue vendida a Apple y Steve Jobs regresó a su empresa original. En esta segunda etapa, Jobs ya no era un jovencito impulsivo. Aprendió de sus errores y se convirtió en un líder y visionario. El resto de la historia es muy conocida: el iMac en 1997, el iPod en 2001, el iPhone en 2007, el iPad en 2010, hasta su muerte en 2011.
La historia de Steve Jobs es uno de los mejores ejemplos de que los fracasos no existen. En cambio, lo que realmente existe es el aprendizaje y los resultados. Cuando algo no sale como lo esperabas, tienes dos opciones:
- Culpar a alguien más o a las circunstancias
- Evaluar las acciones que te llevaron a ese resultado, cambiarlas y aprender de ellas.
En el mundo real lo único que ocurre son los resultados, ni buenos ni malos, solo resultados que dependen de lo que hiciste o dejaste de hacer. Que tú lo interpretes como fracasos o aprendizaje depende de las palabras que te dices a ti mismo en tu mente.
Si quieres convertirte en un ganador, recuerda que a nadie le irá bien todo el tiempo. Habrá momento en que las cosas no salgan como esperabas y que la única diferencia, que te convertirá en ganador, es como interpretas esos resultados.
Si solo te repites que no sirves, solo estarás llenando tu mente de negatividad y pesimismo. Pero, si, en cambio, te preguntas: ¿qué hice o qué dejé de hacer? ¿qué originó este resultado? entonces, estarás construyendo tu camino al triunfo.
Este fin de semana te invito a reflexionar sobre esos momentos que interpretaste como fracasos en tu vida y mirarlos desde una nueva óptica: los resultados. Analízalos y ve que debes cambiar para que no vuelvan a ocurrir. Te aseguro que te llenarás de energía positiva.