Lo más aterrador para un programador es que su código sea mortal.
Literalmente.
El Therac era una máquina para tratar el cáncer con radiación, la cual es muy peligrosa si se aplica mal, así que tenía protecciones de hardware para evitar sobredosis.
En 1983, se lanzó el Therac 25, en el cual las protecciones de hardware fueron reemplazadas por software para ahorrar costos.
Y aquí comenzó la pesadilla.
Porque los operadores de la máquina no la reiniciaban entre un uso y el siguiente. Esto disparaba un fallo en el software que aplicaba a las personas dosis de radiación hasta 100 veces más fuertes que las que un humano puede soportar.
Tres pacientes sufrieron quemaduras de tercer grado y daños permanentes como extirpación de partes de su cuerpo. Otros tres no soportaron el daño y fallecieron.
Y se habría evitado con pruebas al código y mensajes de error explicativos en lugar de los genéricos "algo falló" que no dicen nada y que seguro tú también has hecho.
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