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¿Vale la pena usar Google Drive?

Google Drive es una opción de almacenamiento de Google que incluye correo electrónico y herramientas de productividad.

Diseño web
3 minutos
Hace 7 años
¿Vale la pena usar Google Drive?

Actualización: este post es de 2016 y a la fecha Google Drive ha mejorado mucho y lo usamos como herramienta de almacenamiento en EDteam.

Google Drive nació como una respuesta a Dropbox. Asumámoslo, es completamente normal que cuando una empresa lanza un producto que tiene éxito, su competencia lance sus propias versiones para no quedarse relegados. El factor "supuestamente" decisivo para inclinarse a Google Drive en lugar de Dropbox era precio y cantidad de almacenamiento. Dropbox rápidamente niveló la valla, con lo cual la única ventaja "en teoría" de Google Drive era el espacio gratuito (15GB que incluyen el espacio ocupado por Gmail, Google fotos y demás servicios) y su integración con las aplicaciones de Google (documentos, presentaciones, hojas de cálculo).

En Escuela Digital usamos GSuite (antes Google Apps) para correo electrónico y documentos (MS Office sigue siendo más poderoso pero no necesitamos las funciones avanzadas con lo que GSuite nos basta) pero no nos habíamos animado a usarlo para sincronizar archivos de escritorio (al estilo Dropbox) hasta ahora. Y la decepción ha sido enorme.

Y es que entre pagar 10 dólares extra por usuario (para Dropbox) o aprovechar el almacenamiento de Google Drive incluido en la suscripción, obviamente era más rentable irnos por Google Drive (lo hemos usado para guardar los diseños de publicidad de los cursos hechos en Photoshop). Y entonces comenzó al calvario: errores de sincronización, de permisos, archivos eliminados, cambios no guardados. Un infierno. 

Si se intentaba guardar un archivo mientras se estaba sincronizando, daba un error de permisos e impedía guardarlo (es normal guardar con mucha frecuencia cuando se diseña). Uno esperaría que al terminar de sincronizar se liberarían los permisos y ya se podría guardar nuevamente. Pero era imposible, el archivo estaba bloqueado, no se podía renombrar, guardar ni eliminar. Pero no era lo peor, sino que el archivo en realidad no estaba sincronizado (llevaba la equis roja) y cuando forzaba la sincronización (desde la aplicación de Google Drive) el archivo se eliminaba (EN SERIO). Había que ir a Google Drive desde el navegador, luego a la papelera y restaurar el archivo. El cual, oh sorpresa, no incluía los últimos cambios. Es decir, habias perdido tu trabajo.

Dropbox tampoco es que sea la aplicación perfecta. Cada vez que se inicia indexa todo (tengo casi 500GB y es un *PITA* esperar a que indexe todo aunque no haya nada nuevo que sincronizar) pero prefiero eso a perder horas de trabajo como con Google Drive. 

En lo particular, creo que podemos seguir usando Google Drive para los propios documentos de Google o para guardar archivos que no se editarán (como archivo). Pero jamás para "documentos vivos" (que serán editados continuamente, como diseños p.ej.). De hecho, con Google Drive tenía que apagar la sincronización, trabajar y luego activar de nuevo la sincronización. Pero es un paso extra, muy torpe, y fácil de olvidar. Así que en más de una ocasión perdí mi trabajo por olvidarme el estúpido paso adicional.

Me cuentan en los comentarios si han tenido una experiencia similar (o peor) con Google Drive, o Dropbox o OneDrive (que no lo pruebo hace mucho pero cuando lo hice me parecía el peor de los tres).

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